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-Algunos han atribuido las piezas forradas a monetarios falsos, pero el cuidado y perfección de su realización denuncian talleres oficiales y emisiones regulares para este fraude que se perfeccionaba con la practica llamada (misecre monetam) o (aes vel ferro argento misecre), con algunos casos escandalosos como el que Plinio denuncia respecto de Marco Antonio quien, a causa de sus apuros económicos durante su guerra contra Octavio, emitió los llamados denarios legionarios y los puso en circulación mezclando los de buena ley con otros forrados de modo que los recelosos que quisiesen comprobar la calidad quedasen indecisos al encontrar análisis correctos; la acusación de Plinio fue muy correcta: Miscuit denarios III vir Antonius Ferrum miscentur aera falsae monéate.
Durante los malos tiempos de S. III terminaron estas mezclas, que no reportaban ningún beneficio, puesto que las emisiones legales carecían incluso de los débiles baños de plata de las monedas forradas.
La primera emisión romana de piezas forradas fue realizada por el poder publico, con carácter de moneda de necesidad, durante la guerra contra Aníbal, no mucho tiempo después de la batalla de Trasimento; al mismo tiempo la ley Flaminia rebajaba el peso de As, dándole al denario el valor de 16 Ases en lugar de 10. Esta práctica tuvo grandes consecuencias en el recelo del público a admitir la moneda fiduciaria, “la moneda fiduciaria fue extraordinariamente abundante, y no pocas veces mencionada como falsa por los textos legales. Se han encontrado piezas de estaño fabricadas con cuños de denario” y alcanzó su apogeo en el periodo de las guerras civiles.
La crisis en el siglo I aC. fue realmente angustiosa, “M. Livio Druso en el 91 aC. consiguió que se ordenara que por cada siete denarios buenos se emitiera uno forrado (Plinio XXXIII)” y motivó en el año 94 aC un edicto del pretor M. Mario Gratidiano, instruyendo oficinas de comprobación de la moneda y suprimiendo el curso forzoso de las piezas forradas, que fueron retiradas de la circulación. Estas medidas le dieron gran popularidad, pero Sila reanudó la viciosa práctica y los denarios volvieron a circular mezclados con moneda forrada y por su valor nominal. A partir de la ley Cornelia testamentaria inspirada por el dictador, se emitieron innecesariamente esta clase de piezas.
Durante el Imperio debieron ser cuidadosamente revisados los denarios de la Republica, pues aunque continuaron circulando hasta tiempos de Trajano, es difícil encantara ejemplares forrados, a los que daban los coleccionistas extraordinario valor (Plinio XXXIII). Seguramente este saneamiento de monedas se llevo a cabo simultáneamente con la reforma monetaria de Augusto del año 15 aC., a pesar de lo cual continuaron acuñándose con finalidades de exportación; fue disminuyendo notablemente el numero de las monedas forradas a medida que la ley se fue haciendo mas baja; eran rarísimos en el tiempo de Cómodo y desaparecieron completamente con Caracalla, quien instituyó una moneda de menos valor intrínsenico que los denarios forrados.
Respecto a la moneda forrada Ibérica.
Denario forrado de Bolskan Palenzuela 4,00g. atribuido a la época de las guerras Sertorianas.
Durante las guerras Sertorianas entre el 83 y el 72 AC, el general romano situó su capital en Osca, hasta su derrota; se acuñaron bastantes denarios de mala calidad en metal, lo que refleja los altibajos y apuros económicos de la larga campaña, llegando a poner en circulación denarios forrados.
También que se han encontrado denarios de Bloskan forrados en tesorillos, como si en aquel tiempo no los hubiera de plata En algún momento fueron acuñados denarios de arte decadente pudiendo corresponder a las ultimas acuñaciones de Bolskan.
De casi todas las cecas que fueron Sertorianas se conocen denarios forrados que presumiblemente hay que atribuir a la aludida época de Sertorio.
Antonio Beltrán Martínez.
-La moneda- Una introducción al estudio de la numismática.
-Curso de Numismática.
-El dinero y la circulación monetaria en Aragón.
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