Denarios.org
Anverso de la moneda.- El rostro de Escipión el Africano mirando a la derecha. Encima una estrella. Detrás una marca monetaria, en este caso una espiga, y como leyenda “CN.BLASIO.CN.F”. (No todos los estudiosos numismáticos asignan este rostro a Escipión el Africano, o lo hacen con resignación, pero una vez que lo hizo Visconti, todos parecen haberlo aceptado).
Reverso.- Tres personajes de pié. El del centro es el dios Júpiter, que porta una lanza en su mano derecha y un látigo o haz de rayos en la izquierda. Minerva se muestra a la derecha de la moneda levantando una corona sobre Júpiter (¿Minerva coronando a Júpiter?). (Que raro), y Palas se sitúa a la izquierda con un cetro. En el campo y de forma anagramada “ALB” (ver nuestras explicaciones posteriores). La palabra “ROMA” ocupa el exergo. Con esta iconografía se nos intenta representa a las tres estatuas que se exhibían en el templo de Júpiter, ubicado en el Capitolio romano.
El acuñador.- Cnaeus Cornelius Blassio (hijo de Cnaeo) es un personaje desconocido a pesar de pertenecer a tan renombrada familia romano-republicana. Podemos encontrar alguna justificación a esta ignorancia aduciendo que, no fue sólo una la rama familiar de los Cornelio (Blasio, Lentulo, Sulla...). Nuestro personaje acuñó también bronces.
Ceca y año.- Babelón sitúa la ceca en Siracusa (Sicilia), pero hay quien la sitúa en Reggio. En cuanto al año se establece el 105 a. C., aunque tampoco hay un total acuerdo.
Peso y medidas.- El ejemplar que presentamos pesa 4,0 gramos y mide 1,9 centímetros.
Posibilidades de coleccionismo de la moneda.- La consideramos medio-alta, en esta variante con la sintetización de “BLA”.
Otras consideraciones.- Varios podrían ser los aspectos a tratar sobre esta moneda, como el casco o gorro que cubre la cabeza de Escipión o, las polémicas divinidades y atributos que se nos muestran en el reverso. También el por qué de esa iconografía y sus pocos estudios especializados. Pero, vamos a dedicar en esta ocasión nuestro esfuerzo y dedicación a uno solo. Es simplón, pues se trata del ingenioso subterfugio utilizado por los artesanos acuñadores para compendiar en un anagrama el “cognomen” BLASIO. Debido a que los dos bucles de la letra “B” son difíciles de ligar con la barra vertical de la letra “L”, solventan el problema colocando la leyenda de derecha a izquierda y ligando así la barra vertical de la letra “B” con la barra vertical de la letra “L”. (La “A” es ya solo una cuestión de adaptación).
A pesar de que nos acusen de excesivos detallistas, añadiremos que la solución adoptada responde además a la típica escritura usada en textos judeo-arábicos del norte africano conocidos hasta entonces, que a diferencia de las típicas escrituras griegas y romanas, escribían de derecha a izquierda. Otra razón más, la justificaría el “agnomen” del personaje del anverso “EL AFRICANO”. (Resumiendo, se trataría muy hipotéticamente del “ALB” de los “Albos” y no del “BLA” de los Blasio).
Si se trata de especular, con el mio te quitas de problemas. Con el vano no se ve el monograma que le tocaba:
