Inactivo1 escribió:* Lo peor es que pongo a trabajar a los demás, que son tan buenos y pacientes conmigo que en lugar de mandarme a paseo ,que sería lo más lógico y natural, van y me ayudan...
A eso se le llama tener
mentalidad de jefe magnánimo, y que se den juntas ambas cosas no es fácil...
Yo estoy haciendo un curso profesional virtual, y me han puesto como deberes comentar un artículo titulado
Yo también quiero ser el favorito del jefe. Después de leído, visto su contenido, lo he comentado y me he permitido sugerir la procedencia de una modificación en el título, que debería ser, en mi modesta opinión:
Yo tampoco quiero ser el favorito de un jefe... estúpido. Jolín, en qué hora se me ha ocurrido... El tutor (según yo),
coaching, (según el curso), se me ha mosqueado... En fin, estaré unos días callado a ver si se le pasa...
Bueno, perdonad este desvío de tema, pero es que me ha venido a la cabeza, porque tú, Sombra, haces justo lo contrario del jefe de mi artículo: Has puesto a la gente a trabajar, con una exquisita delicadeza, les dices que si hacedme esto (
pero solo si os parece bien...), luego que si no estaría mal que me hiciérais lo otro (
que si es impagable lo que estáis haciendo...), y poco a poco,
te vas llevando el gato al agua, y lo mejor de todo, es que los tienes a todos contentos... Y en el colmo de los colmos, encima te permites decirlos que lo más lógico y normal que deberían hacerte es
mandarme a paseo, con lo que además introduces hábiles mecanismos de refuerzo para que te sigan ayudando. Tío, eres la leche. Cuando hago yo algo parecido con mi suegra (santa mujer), intentando sacarle algo, siempre me dice:
"Raposilla, raposilla, dame otra tripilla, que me ha sabido buena.
Saludos,